El Elemento de Ken Robinson
Sofía Román
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La educación es uno de los pilares básicos sobre los que se construye la sociedad hoy en día, siendo tan importante que ocupa una gran parte de la vida de las personas de cualquier edad o condición. Ken Robinson, educador, escritor y conferencista británico, propone la necesidad de inculcar la creatividad como medio de aprendizaje desde la infancia. En su libro “El Elemento”, nos da una nueva perspectiva sobre la educación. Nos habla del desarrollo personal a través de la formación y de cómo encontrar lo que, en sus palabras, sería «el lugar donde confluyen las cosas que te encanta hacer y las cosas que se te dan bien”.
La forma de llegar al Elemento pasaría por una educación que se adapte a las inclinaciones de cada individuo y que tenga en cuenta las aptitudes naturales que cada persona posee.
FLEXIBILIDAD EN LA EDUCACIÓN
«Imagina un grupo de compañeros de trabajo que recorre el mismo trayecto a diario. Seguramente todos conozcan las tiendas que hay en el trayecto, las pequeñas imperfecciones del camino, la gente con la que coinciden a la misma hora… Ahora imagina que un día deciden ir por el camino que prefiere cada uno, y que cuando se encuentran en el trabajo, todos han descubierto tiendas en las que venden cosas que necesitaban, nuevas imperfecciones en el camino y se han cruzado con gente nueva e interesante. Si utilizásemos esta historia como metáfora de la educación, el primer camino sería ejemplo de la educación impersonal, que se define en cuanto a unos contenidos generales, y el segundo camino implicaría el interés de la persona como determinante del tipo de educación que se tiene.»
A pesar de que la educación es fundamental para la evolución del ser humano, aún hoy en día se descuidan los frutos de la misma. Ken Robinson afirma que es difícil esperar resultados diferentes entre individuos si se proporciona una enseñanza homogénea, que obvia los intereses personales. En este sentido, rompe una lanza por un sistema más flexible en el que los intereses y las aptitudes personales sean determinantes.
CREATIVIDAD
Robinson sugiere que intuición, inteligencia e imaginación deben trabajar mano a mano. Hemos de salir de nuestra zona de confort y recuperar viejas pasiones para poder desarrollarnos como individuos y exprimir nuestro potencial al máximo.
La creatividad es el proceso en el que se tienen ideas valiosas y dónde inteligencia e imaginación, que a priori pueden parecer términos totalmente opuestos, se combinan y refuerzan. La inteligencia es una cualidad muy reflexiva y analítica, lo que puede dar como resultado que se tengan ideas muy esquemáticas e inflexibles, por lo que necesitaríamos de la imaginación para poder conectar y dejar fluir los conocimientos adquiridos.
OBSTÁCULOS Y OPORTUNIDADES
En la búsqueda del Elemento, no podemos obviar las circunstancias externas como la suerte, pero sí aprender a tornarlas en algo que nos sea útil. Ahí entra en juego la actitud, que es la perspectiva que tomamos ante oportunidades pero también ante los obstáculos que se nos presentan en el camino. Es importante estimular la intuición y la creatividad como aliadas en estas ocasiones, ya que nos ayudarán a ver de otra forma las situaciones cotidianas y transformar lo que no funciona para hacer de ello algo provechoso.
LA BÚSQUEDA DEL ELEMENTO
El camino hacia el Elemento, entonces, debe enfocarse desde la capacidad y la vocación, pero teniendo en cuenta características como la actitud y la oportunidad. Robinson propone que hagamos el siguiente planteamiento para poder encontrar el Elemento: “Lo entiendo, me encanta; lo quiero, ¿dónde está?”
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