No hay malos alumnos sino malos profesores

Pilar López

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Siempre me ha interesado el mundo de la educación. De hecho cuando llegó la hora de rellenar ese horrible formulario una vez terminada la selectividad, en el que tienes que decidir en dos segundos tu futuro, es decir marcar la casilla de la primera carrera que te gustaría estudiar y a continuación la segunda en la lista por si no accedías por tu nota a la favorita, elegí periodismo y magisterio en ese orden. Cuando aprendía algo nuevo me emocionaba tanto que sentía la necesidad de transmitir esa emoción a los demás, igual que cuando veía una obra de teatro o una película que me gustaba.
Pero ha habido un momento en el que la educación se convirtió en casi una obsesión. Y ese momento llegó el día 2 de julio de 2013, día en el que nació mi hija.
Comencé a leer libros sobre metodologías de enseñanza y conocí el método Waldorf, un sistema que busca el desarrollo de cada niño en un ambiente libre y cooperativo, sin exámenes y con un fuerte apoyo en el arte y los trabajos manuales. Descubrí escuelas como la de Alma, que su mamá nos cuenta en este precioso post: http://viploved.com/espai-waldorf-garraf/ Empecé a interesarme por sistemas alternativos a la enseñanza tradicional y llegué a varias conclusiones:
- En el sistema actual algo falla ya que la tasa de abandono escolar en España es la más alta de toda la Unión Europea.
- Obligamos a nuestros hijos a que encajen en el sistema establecido, un sistema que ni a nosotros mismos nos convence y les impulsamos a competir por ser los mejores.
Y fue entonces cuando empecé a plantearme ¿otra educación es posible? ¿por qué la gente abandona los estudios si aprender es algo maravilloso?¿por qué la gente sale de la universidad sin apenas conocimientos prácticos? ¿qué está fallando?
Y descubrí este maravilloso vídeo de Seth Godin sobre educación. Si tenéis un ratito, os encantará
En su discurso realiza reflexiones como esta:
“Si quieres enseñarle a alguien cómo ser un aficionado al béisbol, ¿empezarías haciéndole entender la historia del béisbol, quién era Abner Doubleday, qué es hacer campañas rurales, las influencias del cricket y el capitalismo y las ligas negras? ¿Dirías mañana hay un examen. Quiero que memoricen a los 50 mejores bateadores en orden por su promedio de bateo y luego clasificarán a la gente con base a los resultados del examen? los que lo hicieron bien, ¿fueron los que memorizaron mejor los nombres de los bateadores? ¿Es así como se generarían aficionados al béisbol?”
Todos los días mandamos a los niños a la escuela y decimos “no lo averigues”, “no hagas preguntas que no sé contestar”, “no investigues”, “no te desvíes del currículum” y mejor cumple, encaja, sé como tus semejantes, haz lo que se te dice porque debo procesarte, porque todo en mi evaluación se basa en si te proceso adecuadamente o no.
Esto nos podría dar para un largo debate pero hay una cosa que veo muy clara más allá del sistema educativo elegido, muy por encima de sistemas o metodologías. Y lo veo por cómo ha transcurrido mi educación y por nuestro día a día en Método: La importancia de la figura del profesor.
Leyendo este artículo de ABC descubrí cómo consigue Finlandia estar en el número uno del pódium de la excelencia académica a nivel Europa, para ellos la clave está en escoger a los profesores más preparados para las clases de educación primaria. Cuentan cómo las pruebas para ser maestros son las más duras de todo el país. Considero que deberíamos entrar en ese círculo beneficioso como sea. En la docencia lo más importante es la persona. De un buen profesor no te olvidas jamás.
En uno de los últimos proyectos que hemos lanzado en el grupo, el curso Método English, incluso llegamos a cambiar los profesores de gramática elegidos en un comienzo porque no nos convencía la calidad de sus clases. Hasta ese punto llega a obsesionarnos este tema. El mensaje está presente en todos nuestros espacios y preside nuestro ideario. La pared principal de la zona de tutores quisimos coronarla con este mensaje, clave para nosotros: «Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo»
A día de hoy presentamos con orgullo a nuestro equipo de tutores y podemos decir que son auténticos profesionales que saben transmitir con pasión su amor por la lengua.
Y es que, ¿quién no ha tenido un profesor que ha sabido transmitirle auténtica pasión por lo que enseñaba? El mío fue sin duda el catedrático de Historia José Ramón Barreiro. Recuerdo su primera clase como si fuera ayer. En su aula tenías la sensación de ser tan afortunado que no podías evitar hacerte una pregunta: ¿Me merezco yo estas clases? Con él era imposible no estudiar: te habrías sentido un miserable. Y lo habrías sido. Yo venía de odiar la historia tras un malísimo profesor que tuve en COU y la situación se invirtió de tal forma que llegué a cursar dos años de la licenciatura de historia. Fue un excepcional profesor universitario, pero podemos encontrar casos similares en cualquier otro nivel. Porque ¿quién puede olvidar a la persona que hizo que amases la lectura o la historia?
Todos tenemos un profesor que marcó nuestra educación. ¿Cuál fue el vuestro?
2 Comentarios
Me ha encantado la publicación, y cuánta razón ¡¡
David Brierley decía, » Sólo se recuerda lo que se siente» y si te paras a pensarlo y analizarlo es totalmente cierto, yo también casualmente tenía una profesora de historia que aún recuerdo… te contaba todas aquellas historias con una intriga que hacía que me sumergiera totalmente y quisiera saber más y más… para mi aprender historia (y todo en general) es maravilloso… y es muy triste cuando topas con un profesor que entorpece tus ganas y tus ansias de aprender…
Sin duda escuelas con una pedagogía como la waldorf me parecen un regalazo para nuestros hijos… yo he estado visitando estas escuelas y me he sentido sobrecogida al ver que un alumno de unos 12 años iba corriendo a abrazar a su profesor cuando le vio por el pasillo… sin palabras me quedé… y emocionada vi la ilusión y el cariño que desprendía la alumna por su profesor… y cuento ésto porque lo viví en primera persona y se me quedó totalmente grabado…
Muchísimas gracias por la mención de la escuela de Alma, me alegro que os haya gustado.
Mucha suerte,
Esther.
¡¡Muchas gracias por tu comentario Esther!!Sin duda un buen profesor es el mejor regalo que puede recibir un niño en su camino hacia la madurez. ¡Y desde luego, también un adulto! Un abrazo, Pilar